Ante la determinación de la Corte del Distrito Sur de Texas de declarar inconstitucional el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), la Secretaría de Relaciones Exteriores de nuestro país tomó nota con gran preocupación, anunció un seguimiento puntual de las implicaciones de este fallo a fin de transmitir información actualizada a las comunidades mexicanas en el país vecino, así como el refuerzo de la asistencia legal y la protección consular a quienes la resolución deja en estado de extrema indefensión: los dreamers, migrantes que llegaron a Estados Unidos siendo niños y cuya expulsión del país se ha convertido desde la presidencia de Donald Trump en una obsesión para los sectores xenófobos y racistas estadunidenses.
Como se recordará, el DACA fue establecido en 2012, en tiempos de Barack Obama, para permitir a ese sector poblacional vivir y trabajar en Estados Unidos, pero el programa se ha visto sometido a una intensa ofensiva judicial desde 2017, cuando Trump lo interrumpió en forma arbitraria y caprichosa, según lo dijo tres años después el presidente de la Corte Suprema de Justicia, el conservador John Roberts, cuando ese máximo tribunal decidió mantener el DACA en una apretada votación de cinco contra cuatro entre sus ministros. En octubre del año pasado volvió a ser declarado ilegal, lo que impedía acceder a nuevos solicitantes a la protección del programa. Así pues, la resolución emitida el miércoles pasado por el juez federal en Texas Andrew Hanen es sólo el más reciente episodio de una ardua batalla legal que deja en la desprotección y la incertidumbre a unos 650 mil beneficiarios.
Ciertamente, la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia no fue, ni es, una solución integral para el atropello estructural que padecen los migrantes indocumentados en el país vecino. Se trató de un paliativo humanitario orientado a corregir al menos uno de los aspectos más aberrantes de una legislación migratoria para la cual es lícito expulsar de Estados Unidos a una persona aunque haya vivido allí durante buena parte de su vida. Pero a falta de la reforma migratoria integral que habría debido ser aprobada desde hace varias décadas, el DACA ha significado al menos una mínima certidumbre para cientos de miles de jóvenes que hoy día estudian y trabajan en territorio estadunidense sin haber conocido otra realidad nacional; el privarlos de esa protección es, llanamente, un acto de barbarie.
Por otra parte, el reactivar en su contra la espada de Damocles de la deportación provoca un severo daño al tejido social y a la economía de EU, toda vez que, como señaló la cancillería, los jóvenes connacionales protegidos por el programa han contribuido de manera significativa al desarrollo económico, social y cultural de Estados Unidos y representan un vínculo invaluable con nuestro país.
Cabe esperar que los entornos políticos reaccionarios y fóbicos que han impedido avances en la política migratoria de la nación vecina logren cobrar conciencia de la relevancia que las comunidades migrantes tienen y seguirán teniendo en la economía y en la vida en general y dejen de sabotear el DACA y de torpedear la adopción de una reforma que facilite la integración de los extranjeros en Estados Unidos. Y, en lo inmediato, resulta indispensable activar medidas de protección consular y establecer defensorías de oficio en la red de consulados mexicanos para auxiliar a los connacionales amenazados en sus derechos elementales. (Editorial, La Jornada, p. 2)
La creciente importancia, y de plano necesidad, de reevaluar la forma en que México y los mexicanos ven a su diáspora en Estados Unidos es cada vez más visible.
La dispersión no está compuesta sólo por los actuales 11 millones de connacionales que radican con o sin documentos en territorio estadounidense. Son también los 35 millones, o así, de sus descendientes.
Juntos son 60% de los alrededor de 65 millones de personas que componen la población hispana (latina o latinx) en Estados Unidos que, según un reporte de la Universidad de California, alcanzaron en 2021 un producto bruto equivalente a 3.2 billones (millones de millones) de dólares. De ser independientes, afirma el documento, serían la quinta economía del mundo.
Son además, un bloque socio-político en crecimiento, al grado que se espera que para 2050 sean la segunda principal minoría, después de los anglosajones, que serán menos de 50% de la población.
Al mismo tiempo, los hispanos, mexico-estadounidenses incluidos, están en proceso de elaborar una cultura propia, que lucha contra estereotipos, y mezcla lo mismo las tradiciones de sus países y sus regiones que su adaptación a Estados Unidos. Nadie sabe qué saldrá de esa olla, pero ciertamente hay señales importantes.
Así, México tiene un problema harto interesante entre manos. Durante décadas, hemos visto a los méxico-estadounidenses como los primos pobres o incultos, los relacionamos, incluso, con rechazo cuando han mostrado diferencias con nosotros.
Pero los números y las situaciones son perversas.
De los 11 millones de mexicanos radicados en EU, llegan este año 60 mil millones de dólares en remesas, en lo que es el mayor programa antipobreza del país.
Y tan importante como es que el Estado mexicano defienda, en lo posible, a sus migrantes documentados o indocumentados y mantenga el vínculo con ellos, también es importante que reaccione en otros niveles.
¿Qué se hace, ha hecho o se va a hacer para ayudar, apoyar, a los soñadores? Son alrededor de un millón de jóvenes que llegaron a Estados Unidos como niños, hijos de padres indocumentados, crecieron y se educaron en ese país y son estadounidenses en todo menos papeles. Muchos de ellos se ven forzados a regresar a su país de origen, especialmente México, donde encuentran más obstáculos que facilidades para incorporarse a su sociedad. Y les ha resultado más fácil conseguir becas de estudio en Europa que entrar a una universidad mexicana.
¿Apoyo gubernamental? Bien. Gracias. Saludos a la familia.
Y los latinos, latinx, mexico-estadounidenses, chicanos… Cuidado, son como nosotros los mexicanos, pero distintos, y hay que aceptarlo, dialogar y vincularnos con ellos.
Los estadounidenses de origen latino son un grupo que por derecho propio merece y debe ser tratado y apoyado.
Es una deuda pendiente.. (José Carreño Figueras, El Heraldo de México, Orbe, p. 29)
En 2011 sucedía algo curioso en las terminales de autobuses de Reynosa y Matamoros: muchas maletas llegaban sin pasajeros. El equipaje no era reclamado y permanecía meses en una bodega. ¿Qué pasaba en Tamaulipas? Los camiones eran interceptados en una parada previa: San Fernando.
La extraordinaria periodista Marcela Turati ha reconstruido una de las historias más escabrosas del México reciente. Después de doce años de investigaciones, publica el saldo de su temporada en el infierno: San Fernando: última parada.
Con la complicidad de las autoridades, la carretera federal 101 se convirtió en la senda de la muerte. Personas que buscaban llegar a la frontera eran detenidas por el cártel de los Zetas. Lo que no contó el Ministerio Público ni la Fiscalía está en el libro de Turati.
Algunos pasajeros eran reclutados de manera forzosa por el narco; otros debían enseñar sus celulares: si tenían números de Reynosa o Matamoros eran ejecutados, pues se sospechaba que se dirigían al territorio de una banda enemiga: el Cártel del Golfo. También se escenificaba una grotesca versión del circo romano. Los detenidos recibían mazos para combatir a muerte; los sobrevivientes eran obligados a pertenecer al cártel.
Sólo las maletas seguían su camino.
Una larga secuencia llevó a esta sanguinaria costumbre en el desierto. En 2003, Osiel Cárdenas Guillén, líder del Cártel del Golfo, fue capturado; en 2005 se libró una orden de extradición a Estados Unidos, que se cumplió en 2007. Hasta entonces, los cárteles mantenían un equilibrio del miedo en Tamaulipas, evitando excesivos daños colaterales. A cambio de rebajar su condena, Osiel delató a los Zetas. Esta traición desató una guerra sin cuartel.
Turati se entrevistó con el periodista chicano Alfredo Corchado, quien recibió una caja con documentos de la DEA en la que constaba que mandos de Estados Unidos pidieron cincuenta millones de dólares por liberar al capo del Golfo. Los Zetas contribuyeron a esa cantidad hasta que supieron que el abogado de Osiel era informante de la DEA. Esto incrementó su furia. Las consecuencias fueron tan terribles que un agente arrepentido dio información a Corchado. A cambio de sus delaciones, Cárdenas Guillén recibió una condena de 25 años por asesinatos que alcanzan el rango de genocidio.
Este entramado explica la matanza de los 72 migrantes en 2010 y las fosas comunes que comenzaron a aparecer en 2011.
Turati entrevista a familiares de los desaparecidos, médicos, enterradores, policías, abogados, soldados, sicarios, periodistas y funcionarios para narrar la trama que el gobierno ha querido ocultar.
Mientras ocurrían las matanzas, los autobuses seguían viajando al noreste de México y las autoridades borraban huellas de lo sucedido. Los periódicos locales se vieron obligados a callar. En las misas no se podía pedir por los desaparecidos.
La burocracia cumplió su papel en la administración de la muerte e integró 344 tomos de inútiles expedientes. No se actuó así por descuido o ignorancia. En México la impunidad no se improvisa; es un trabajo de tiempo completo, dedicado a fragmentar pruebas, retrasar exámenes de ADN, cambiar versiones de los declarantes, hacer extravíos selectivos, evitar cotejos, elaborar hasta 17 tipos de informes médicos, pedir peritajes a miembros de la misma corporación que hace los arrestos. Quienes buscan a los desaparecidos deben someterse a trámites de calculada incompetencia.
Como Svetlana Alexiévich en Las voces de Chernóbil o Elena Poniatowska en La noche de Tlatelolco, Turati cede la palabra a los demás. San Fernando: última parada es un triunfo de la escucha. Los que hablan son sobrevivientes, incluida la autora, a quien la PGR abrió una delirante investigación por “secuestro y delincuencia organizada”. Con ese expediente, que pretende convertir la búsqueda de la verdad en un delito, el gobierno se acusa a sí mismo.
Turati no permitió que su libro tuviera una parada anticipada. Después de doce años de riesgos llegó a un insólito destino mexicano: saber lo que sucede.
Su indagación explora los límites del lenguaje. ¿Cómo decir lo innombrable? La población se refería a los narcos como esa gente, temerosa de usar otras palabras.
San Fernando: última parada es el sitio de excepción donde los testigos del horror se atreven a hablar desde el anonimato amparados en el nombre ejemplar de una sola persona: Marcela Turati. (Juan Villoro, Reforma, Opinión, p. 11)
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) identificó al tráfico y venta de drogas ilegales como “probablemente la amenaza más letal y persistente para las comunidades en EU” para 2024, en especial la mezcla y prensado de fentanilo producidas en México que matarán “más personas que cualquier otra amenaza como el terrorismo”.
Señaló que las organizaciones criminales transnacionales (OCT) en México, particularmente el cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación, se mantienen como los “principales contrabandistas de fentanilo y otras drogas” que “siguen utilizando el soborno y la violencia” para aumentar sus operaciones y producción de estupefacientes. “Dependen de empresas chinas para comprar precursores químicos de fentanilo y equipo de prensado de pastillas”.
Agregó que esas OCT mantendrán el contrabando de drogas y la explotación de migrantes y que probablemente buscarán nuevas tecnologías y técnicas para mejorar su capacidad de “evadir nuestras medidas de seguridad fronteriza”, como usar drones para monitorear a los migrantes, las drogas y las fuerzas del orden público mexicanas y estadunidenses a través de la frontera.
Cuarto de junto
El próximo martes la empresa china BYD lanzará en México el vehículo eléctrico Dolphin, el más barato en Europa que puede cargar sus pilas a 80 por ciento en 29 minutos. Estará presente Stella Ly, presidenta global de la corporación relacionada con la electrónica, automóviles, energías renovables y tránsito ferroviario… La tecnología será muy utilizada en estas fiestas patrias por millennials y centennials para adquirir platillos de temporada, según Antonio Rivero, director general de Napse… En Grupo Coppel se creó la dirección de comunicación corporativa, y Gastón Luken apostó por el profesional Francisco Rodríguez Daniel… Banorte fue reconocida por TIME como la segunda empresa mexicana más importante y una de las mejores del mundo en 2023; para su presidente, Carlos Hank González, es un “logro de todo el equipo”. También están otras mexicanas como Bimbo, América Móvil y Cemex, aprobada por el presidente López Obrador durante la reciente inauguración del acueducto de El Cuchillo II en Nuevo León… Jane Fraser, CEO de Citi, designó al talentoso mexicano Ernesto Torres Cantú como director general internacional dentro de los cambios del nuevo modelo organizacional de la agrupación. (J. Jesús Rangel M., Milenio, Negocios, p. 17)
(Llera, Excélsior, Editorial, p. 10)
(De la Torre, Excélsior, Editorial, p. 10)