El 28 de diciembre de 2023 vino a México una delegación de personas funcionarias de alto nivel de Estados Unidos, encabezada por los secretarios de Estado, Antony Blinken, y de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Elizabeth Sherwood-Randall, para conversar con el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la cooperación bilateral en el tema migratorio.
En aquel acercamiento, las partes reafirmaron su compromiso para promover una migración ordenada, humana y regular. Esto incluye atender las causas raíz de la movilidad humana, como la pobreza y la violencia; extender los esfuerzos para interrumpir el tráfico de personas y las redes criminales, y buscar nuevas alternativas legales para la migración. También coincidieron en la importancia de cuidar el comercio bilateral en los cruces fronterizos. Acordaron que habrá una nueva reunión este mes para revisar avances y retos en la materia.
El año pasado, el número de encuentros de autoridades estadounidenses con personas que buscan atravesar su frontera sur de manera irregular sumó 2.5 millones de registros, un volumen récord. Entre tanto, en México se reportaron 686,732 “eventos” con migrantes irregulares de enero a noviembre, también una cifra atípicamente alta. La mayoría del grupo provenía de Venezuela, Ecuador, Haití, Guatemala y Honduras.
Después de la reunión de diciembre han ocurrido varios acontecimientos favorables para la colaboración fronteriza bilateral. El Gobierno de México tomó medidas para desalentar la caminata de una numerosa caravana que salió de Chiapas el 24 de diciembre. A estas personas se les ofreció la posibilidad de establecer su estancia legal en el país, aunque parte del grupo decidió seguir en su trayecto por Oaxaca para llegar al norte. Adicionalmente, México y Venezuela reiniciaron los vuelos de retorno asistido de migrantes.
Asimismo, el 2 de enero pasado Estados Unidos anunció la reapertura de cuatro puestos fronterizos de California, Arizona y Texas, que se cerraron días antes para enviar a oficiales a otros puestos de control que registraron demandas altas (atípicas) de trabajo. El bloqueo causó pérdidas millonarias en el comercio. De manera paralela, disminuyó el flujo de personas que intentan cruzar la frontera, tras un movimiento intenso en los meses anteriores. Esto se debe a varios factores: un componente estacional de menor movilidad en diciembre y enero, y las acciones que ambos Gobiernos llevan a cabo para atender las causas raíz del fenómeno.
Asimismo, en respuesta a las medidas del gobernador de Texas, Greg Abbott, en contra de la migración, la administración del presidente Joe Biden emprendió acciones para contrarrestar la política estatal. El Departamento de Justicia solicitó al Tribunal Supremo que los agentes federales puedan cortar los alambres de púas que Abbott mandó tender para evitar la entrada de personas extranjeras. También interpuso una demanda en contra de la legislación SB4 de Texas, firmada por el gobernador en diciembre de 2023, que convierte los cruces fronterizos irregulares hacia Texas en un delito estatal. Se alega que la ley es inconstitucional porque otorga facultades a autoridades locales para ejercer acciones migratorias, capacidad que es exclusiva del Gobierno federal. México expresó su rechazo a la implementación de estas leyes y también tomó nota de manera favorable de la respuesta del Ejecutivo estadounidense.
Mientras tanto, Nueva York y Chicago enfrentan dificultades por la llegada de autobuses y aviones que transportan a inmigrantes desde Texas. Los alcaldes de ambas ciudades se quejan de la falta de recursos y de que están desbordados ante una situación de emergencia. Por otra parte, sigue la negociación entre la Casa Blanca y un pequeño grupo bipartidista de senadores de un paquete que introduciría modificaciones a las leyes de asilo y seguridad fronteriza del país.
Como ya lo he señalado, México es un actor fundamental en la gestión migratoria en el continente. Debemos liderar la puesta en marcha de acciones, con diferentes plazos y esquemas, para garantizar a las personas la posibilidad de acceder a mercados de trabajo dignos, promover la permanencia en sus comunidades e implementar programas que permitan construir un enfoque productivo al envío de remesas, así como alternativas para la integración de las y los migrantes en sus destinos. (Ricardo Monreal Ávila, El Sol de México, Análisis, p. 13 y Ovaciones, Opinión, p. 28)
Seguro, para paisanos
Buenas nuevas para los paisanos dio el director general del IMSS, Zoé Robledo, al cuerpo diplomático mexicano. Al participar en la XXXV Reunión de Titulares de Embajadas y Consulados, encabezada por la canciller Alicia Bárcena, el funcionario indicó que se planea incorporar al Segundo Social a migrantes mexicanos y sus familias que residen en Estados Unidos. (Sacapuntas, El Heraldo de México, La 2, p. 2)
El modus operandi
Nos dicen que la Fiscalía de Chihuahua, estado donde gobierna Maru Campos, identificó y logró detallar el esquema con el que operan las bandas criminales dedicadas al secuestro de migrantes, mismo que implica la existencia de los llamados halcones, casas de seguridad y hasta cuentas bancarias para recibir los rescates. Según trabajos de la Fiscalía Especializada en Operaciones Estratégicas, que lleva Arturo Velasco Ponce, hay 13 grupos delictivos que realizan ese ilícito en aquella zona y que, durante el año pasado, plagiaron hasta a 160 personas; hasta ahora se sabe que fueron ya detenidos 74 criminales, cinco de ellos menores de edad. ¿Será? (¿Será?, 24 Horas, PÁG. 2)
La Ciudad de México se ha caracterizado, históricamente, por recibir migraciones. Su composición se entiende desde la pluralidad de culturas, idiomas, creencias, nacionalidades; no es extraño, por lo tanto, que esté territorio sea origen de los cambios que se han vivido en México.
El fin de semana en las páginas de El Universal apareció el reportaje “Haitianos el nuevo rostro de la Ciudad de México” de Luis Carlos Rodríguez. Nos informa de una cifra compleja: 20 mil haitianos se encuentran en la ciudad, ¿qué hacemos con ellos? ¿Cómo garantizamos sus derechos? ¿Qué futuro les puede ofrecer una nación que no es capaz de resolver los problemas de los compatriotas que han ido a los Estados Unidos? Son 20 mil seres humanos con necesidades y carencias: ¿no corren el riesgo de ser cooptados por el crimen organizado?
En el siglo de las inmigraciones donde el boom demográfico de América Latina busca tener una vida digna, un trabajo que les deje soñar con un futuro mejor y acceso a un sistema de salud; quienes se mueven de sus naciones es porque se niegan a ver su futuro cancelado y buscan salidas utilizando la energía de su juventud. Las inmigraciones persiguen un sueño y llegan a una nación donde tampoco hay trabajos bien pagados, se encuentran con una población que también tiene deseos incumplidos. En conjunto comparten el anhelo norteamericano, que está cerrado, por eso en México se retine a las inmigraciones, se les aloja y temo decir que se les explota: son mano de obra más barata que la mexicana.
Mientras camino por Tacubaya me encuentro a muchos haitianos. Todos en busca de trabajo. No quieren nada regalado, solo una oportunidad. Viven en la frustración de que nadie quiere dejarlos demostrar que son capaces de hacer bien las cosas. Muchos tienen licenciatura. Hablan idiomas. Pero no es suficiente. Platiqué con algunos. Son rostros sin nombre. Caminan entre nosotros y los vemos como extraños. Son discriminados por su color de piel. Son sexualizados por su raza. Son estigmatizados por los mitos que se propagan de boca en boca. Es necesario escucharlos y darse cuenta que tienen sueños y quieren trabajar, igual que muchos mexicanos.
¿Alguien los escuchará?
¿Qué va hacer México con las inmigraciones?, o mejor dicho: ¿qué hace una nación que vive de las remesas con las inmigraciones? Dudo que nuestros gobiernos tengan respuestas. Pronto tendremos una “Haití chilanga”, nuestra cultura ganará, pero: ¿hay trabajo suficiente? ¿Quién garantizará su acceso a la salud?
México retiene a los inmigrantes en su territorio, sin garantizarles un trato digno. En 2024 mucho esta en juego con la elección del nuevo presidente de los Estados Unidos, lamentablemente no se vislumbra una agenda que priorice a los inmigrantes. Que repita Biden mantiene la situación actual: dejar que México asuma la responsabilidad de dar trabajo a los inmigrantes o expulsarlos a sus naciones; que lleguen los Republicanos -Trump o De Santis- haría más compleja la situación. Y súmesele que quienes buscan la Presidencia en México no han planteado alguna salida, y resulta absurdo que su escusa sea que los tiempos electorales no permiten hacer propuestas cuando se la han pasado violando la ley electoral.
Se tiene un gran desafío y espero que la salida no sea el crimen organizado, empresa ilegal donde cientos de jóvenes han encontrado trabajo y lo han hecho al costo más alto: entregar su vida y libertad como garantía.
Hasta aquí Monstruos y Máscaras… (Jovany Hurtado García, El Universal, Metrópoli, Online)
Según Mike Johnson, presidente republicano de la Cámara baja del Congreso estadounidense, México “es un narcoestado”.
El punto no es necesariamente cierto. Eso no le importa ni a Johnson ni a sus correligionarios: para ellos, se trata menos de exhibir la inseguridad en nuestro país que de poner en la picota a Joe Biden, el ahora mandatario y virtual candidato presidencial demócrata.
Y una forma de hacerlo es la idea de un México y su larga frontera con Estados Unidos bajo dominio del narcotráfico y la delincuencia organizada. No tiene que ser del todo cierta. Pero en año electoral la percepción es importante y, por tanto, conveniente para los republicanos.
Johnson es el número tres en la jerarquía de gobierno estadounidense, sólo detrás del presidente Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, dos demócratas.
Además, tiene ese puesto como resultado de que sus correligionarios republicanos controlan la Cámara baja, por una mayoría de sólo tres legisladores, y de un proceso que vio a los conservadores republicanos sabotear a otros dos legisladores de derecha y, en especial, a Kevin McCarthy por haber llegado a acuerdos con el gobierno de Biden. En octubre, McCarthy perdió el respaldo de una docena de legisladores de derecha y con ello su posición cameral.
Ahora, ese sambenito le puede caer encima a Johnson debido a una obligada negociación en torno al presupuesto federal estadounidense. De hecho, una fracción de diputados republicanos derechistas ya expresó su desagrado al respecto.
¿La salida de Johnson? Desviar la atención, y más, a propósito de lo que es desde hace meses uno de sus principales temas de campaña: la inseguridad, real o percibida, en la frontera con México.
Y ciertamente tienen argumentos plausibles, aunque los presenten con un importante tanto de exageración.
Así, por ejemplo, Johnson recordó que, según datos del Congreso, los cárteles de la droga ganan 32 millones de dólares a la semana con el tráfico de personas de México hacia EU.
“Eso equivale a mil 600 millones de dólares al año”, dijo al recordar una reciente visita a la frontera con México, en el sector de Eagle Pass, al frente de una delegación de 64 legisladores republicanos.
“Se trata de organizaciones criminales transnacionales y peligrosas que están causando un daño incalculable a personas, niños inocentes y adolescentes, y la administración de Biden las está empoderando”, acusó Johnson.
El legislador de Luisiana precisó entonces que “México es efectivamente un narcoestado y parece que no les afecta. Entonces, exigimos que el Presidente adopte una orden ejecutiva”. La orden se refiere a la renovación del programa de “permanecer en México”, impuesto por el gobierno de Donald Trump y obligaría a los peticionarios de asilo a permanecer en territorio mexicano, mientras se resuelve su situación en EU.
Y por milagro, la frontera será más segura. (José Carreño Figueras, El Heraldo de México, Orbe, p. 27)
El ex presidente Donald Trump volvió a usar a los migrantes indocumentados como eje de su campaña para regresar a la Casa Blanca. Días atrás, recurrió a una terminología claramente eugenésica y filonazi para exigir el cierre de la frontera con México bajo el argumento de que las personas procedentes de América Latina, el Caribe, África o Medio Oriente “ensucian” la sangre de los estadunidenses. Ahora, cuando están a punto de comenzar las primarias (elecciones internas) del Partido Republicano para seleccionar a su candidato, el magnate insiste en que la administración federal alienta a los migrantes para que entren en masa a Estados Unidos de manera irregular para registrarlos y que voten en la elección de 2024.
Es necesario dejar claro que sus aseveraciones, además de éticamente repudiables, son mendaces: no sólo se formulan sin ninguna prueba o indicio de que se esté habilitando a los migrantes para votar, sino que omite que en 2023 el gobierno de Joe Biden quintuplicó las deportaciones respecto al año anterior, por lo que resulta llanamente insostenible que “aliente” el ingreso irregular de extranjeros.
El bulo del fraude con migrantes no es una más de las incesantes falacias que produce Donald Trump para azuzar los instintos cavernarios de sus simpatizantes y desestabilizar a la administración demócrata. En este caso, mina la credibilidad de las instituciones y pone en riesgo la seguridad de personas que ya se encuentran en una situación de máxima vulnerabilidad.
Al crear el temor a una alteración de los resultados electorales a cargo de los inmigrantes indocumentados, el magnate los vuelve blanco del odio y la persecución de sectores de la sociedad estadunidenses que ya se encuentran intoxicados por el odio xenófobo y racista que ha nutrido su carrera política.
Lo anterior sería alarmante en cualquier sociedad, pero se vuelve una potencial amenaza de muerte en Estados Unidos, donde ya existen grupos propensos a la violencia, los cuales enarbolan abiertamente el supremacismo racial y pregonan el supuesto derecho a una autodefensa individual desproporcionada, paranoica y ajena a las leyes. La portación de armas por parte de algunos participantes en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, así como el antecedente de los Minutemen, grupos de fanáticos armados que patrullaban la frontera a la caza de migrantes, son dos ejemplos insoslayables del peligro al que se ven expuestos los buscadores de refugio por la irresponsabilidad criminal de un político carente de escrúpulos.
En este escenario, las mentiras de Trump constituyen poco menos que un llamado a la subversión y reditan el conato de descarrilar la de por sí deficiente democracia estadunidense que ya llevó a cabo el ex mandatario después de perder las elecciones de noviembre de 2020. Las instancias judiciales no pueden permanecer impávidas ante una narrativa perversa que criminaliza a las personas en función de su origen étnico y normaliza el racismo sistemático. Está claro que no basta con rechazar las posturas retrógradas en las urnas, sino que debe responsabilizarse a sus promotores por fomentar la violencia y el odio. (Editorial, La Jornada, p. 4)
El Norte no sólo es EU
Estamos totalmente de acuerdo con la canciller Andrea Bárcena respecto a que “no podemos tolerar ni desde el Poder Ejecutivo ni del Legislativo ni del Judicial el trato que se da a los mexicanos que residen en el vecino país del norte”.
Nos preocupa que entiendan por Norte únicamente Estados Unidos y se olviden de los cientos de miles que estamos en Canadá, donde luchamos justamente contra el olvido del Poder Legislativo y Judicial; para frenar la agresión, corrupción y sordera de los consulados y la Secretaría del Trabajo.
Desde la Dignidad Migrante Society invitamos a la cancillería y a la Secretaría del Trabajo y previsión Social (STPS) a revisar las quejas y documentación pre[1]sentada a sus oficinas, así como a Presidencia, los cuales prueban los justos reclamos de miles de migrantes a los consulados de Vancouver, Montreal, Leamington, Calgary, la embajada en Ottawa, y la actuación de Enrique Evangelista y algunos delegados en los estados.
Particular atención necesitan quienes llegan a trabajar como “turistas”, y el contrato de trabajo de los jornaleros agrícolas, cuya revisión anual es sólo para facilitar el abuso y explotación de los empleadores a nuestros connacionales. (Raúl Gatica, asistente de la mesa directiva de Dignidad Migrante, La Jornada, Editorial, p. 4)
Daniel Noboa, Presidente de Ecuador
El presidente se ha decidido a tomar el toro por los cuernos, respondiendo a la amenaza del crimen organizado. Aseguró que las bandas criminales solo quieren causar terror y ver si doblegan al presidente de la República, *’pero no lo van a conseguir”.
Mark Greene, Legislador republicano
El legislador republicano encabeza a un grupo ultra que pretende hacer juicio político al secretario de seguridad interior, Alejandro Mayorkas, por supuestamente haber sido demasiado blanco con los inmigrantes. (Sube y Baja, La Crónica de Hoy, LA DOS, p. 2)
En las últimas semanas varios países de América Latina han experimentado un vuelco económico y político que han cimbrado y puesto en riesgo su estabilidad social y democrática.
Por lo contrario en México, la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador ha mantenido una sólida paz social, con perspectivas muy óptimas de crecimiento en el bienestar y en la calidad de vida en los más de 129 millones de mexicanos.
Y es que en comparación con Argentina, en donde ayer se cumplió apenas un mes del gobierno de Javier Milei, las avalanchas de protestas y cacerolazos nos han cesado en ese país, debido al extremismo político de de Milei y sus polémicas medidas que han sido duramente criticadas por haber sumido a este país en un escenario de incertidumbre económica y social.
La comparación es idónea, pues recordemos que en el 2017 el peso argentino estaba prácticamente a la par del peso mexicano con respecto al precio del dólar y hoy en México, en lo que va del gobierno de López Obrador el peso le ha ganado terreno al billete verde mientras que el actual mandatario argentino, al siguiente día de asumir el poder, decretó una dura devaluación de su peso y antes de asumir el poder, el billete verde se cotizaba en 366.5 pesos y el día de ayer, los habitantes de este país sudamericano lo compraron en 1,100 pesos argentinos, sin duda depreciación abismal.
En cambio, gracias a la estrategia económica de AMLO, México registró el 2023 una inflación de 4.66%, el dólar se adquirió el día de ayer en 16.99 pesos y se recibieron más de 35 mil millones de dólares de inversión extranjera. Y contra todos los pronósticos de los conservadores, se ha incrementado el salario mínimo de 88 pesos en 2018 a 249 en este año, lo que ha impulsado el crecimiento del mercado interno.
Otro caso es la crisis política, social y de seguridad que está viviendo Ecuador, en donde en estos momentos viven en un Estado de excepción y toque de queda de 60 días, decretado por el presidente Daniel Noboa, luego de la fuga de criminales que han aterrorizado con saqueos, explosiones, tiroteos y vehículos incendiados así como irrupciones en medios de comunicación, plazas comerciales y espacios públicos, en donde han ejecutado a civiles y autoridades, por lo que al ejército se le ha dado la libertad de disparar a blancos sospechosos.
Y qué decir de la aguda violencia y severa crisis económica que están viviendo países como Honduras, el Salvador, Haití y Colombia entre otros que ha provocado grandes oleadas de migrantes que cruzan territorio mexicano en busca del “sueño americano” en los Estados Unidos, pero ante la agresiva política antiinmigrante de la Casa Blanca, están prefiriendo quedarse en nuestro país por lo que, de acuerdo a cifras de organizaciones internacionales aumentó la llegada de migrantes a más de 444 mil en 2022.
México es un país plural y eso, muchas veces ha generado problemas en años anteriores pero gracias a la Cuarta Transformación que ha dado estabilidad, paz social y desarrollo económico existe certeza en el futuro, a diferencia de países hermanos que enfrentan aún los estragos que dejó la pandemia y la intromisión de otras naciones en sus asuntos internos. (Julio César Moreno, El Heraldo de México, Editorial, p. 14)
Sembrando violencia