Volar con cubrebocas.- El presidente, por motivos inescrutables, se resistió más de cien días a usar cubrebocas en la emergencia sanitaria. Al no hacerlo obligó a muchas de las personas de su equipo a no usarlo tampoco.
No se crea que finalmente lo usa porque recapacitó y quiere mandar el mensaje a los ciudadanos de que hay reforzar la protección contra el coronavirus.
Nada de eso. Se lo puso para poder subirse a un avión de Delta para viajar a Washington y por eso hubo oportunidad de tomar la foto que hoy sale en los diarios.
Si cuando regrese lo sigue usando sabremos que ocurrió un cambio positivo de conducta y no un gesto obligado por las circunstancias. (La Crónica de Hoy, Opinión, p. 3)
Ya hace más de cuatro años, en los días de abril de 2016, la llamada “verdad histórica” sobre los estudiantes de Ayotzinapa (26-27 de septiembre de 2014), hacía agua por todos lados.
Desde entonces, la narrativa construida desde la PGR por Tomás Zerón, jefe de la Agencia de Investigación Criminal y avalada por el procurador Jesús Murillo Karam –en el sentido de que los estudiantes habían sido incinerados en el basurero de Cocula– se caía a pedazos, por más intentos que hacía por sostenerla su sucesora, Arely Gómez.
Dos factores eran claves en el derrumbe de esa tesis: los estudios en el basurero de Cocula y el video del río San Juan. (Martha Anaya, El Heraldo de México, País, p. 5)
En Washington, la cena del poder // Garantizar respeto a inversiones // Empresarios, tv y allegados // Representante de comunidad judía
Sería un error suponer que la cena en la Casa Blanca, con empresarios de Estados Unidos y una oncena de capitales mexicanos, constituirá el punto principal o más trascendente de la polémica visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a los dominios de un depredador político en busca de relección. Las reuniones de trabajo entre funcionarios de ambos países, y los acuerdos a los que se lleguen, podrían tener significados explícitos o implícitos en los que se refleje la histórica asimetría entre ambas naciones y la conocida voracidad en lo inmediato del anfitrión, Donald Trump. Además del obvio riesgo de que la presencia del político tabasqueño en Washington sea utilizada para fines propagandísticos por la Oficina Oval en su batalla por votos frente a los demócratas.
Sin embargo, la mencionada cena binacional del poder económico y político ha concentrado la atención en México. Por un lado está la condicionada oportunidad de que ante el padrinazgo y arbitraje del citado Trump vuelva a encarrilarse en lo posible la relación de los grandes capitales, nativos y extranjeros, con el presidente López Obrador, al que acusan de no respetar reglas ni acuerdos relativos a la inversión que, por tanto, estaría retraída o sería volátil. (Julio Hernández López, La Jornada, Política)
“La pandemia de covid-19 amenaza algo más que la vida y el sustento de pueblos de todo el mundo. Es también una crisis política que amenaza el futuro de la democracia”. Con esta frase comienza la carta de la Fundación Idea: Una llamada para defender la democracia.
No es una reflexión sobre México, pero el traje le viene bien a nuestro país. Del lado de los regímenes autoritarios, alerta que están usando la crisis para silenciar a los críticos y endurecer su poder político. Del lado de los democráticos, las cosas no pintan mejor: sostiene que gobiernos democráticamente electos han querido combatir la pandemia concentrando poderes de emergencia que restringen derechos humanos y refuerzan el Estado de vigilancia sin consideración alguna por las restricciones legales y que disminuyen la supervisión del Poder Legislativo o los marcos temporales para la restauración plena del marco constitucional. Hay mucho de lo que dice esta carta que le viene a México como anillo al dedo. El gobierno de López Obrador no debería prestarle oídos sordos. (María Amparo Casar, Excélsior, Nacional, p. 6)
El comunicado manejado por la Cancillería sobre los invitados por México viene en estricto orden alfabético. Patricia Armendariz, la exreguladora que ahora lleva Financiera Sustentable.
Carlos Bremer, Grupo Financiero Value, quien compró la casa de Zhenli Ye Gon al Instituto para devolver al pueblo lo robado. Daniel Chávez, el empresario hotelero de Grupo Vidanta (Mayan Palace).
Bernardo Gómez, el coCEO de Televisa, quien facilitó la reunión entre AMLO y Jared Kushner (asesor principal de Trump). De hecho, Gómez es un empresario invitado por ambos gobiernos. Francisco González, director de Grupo Multimedios.
Carlos Hank González, presidente de Banorte, uno de los bancos que dispersan los programas sociales del gobierno. Miguel Rincón, el principal empresario papelero del país y cercano al mandatario mexicano.
Ricardo Salinas Pliego, presidente de TV Azteca y Grupo Salinas, y quien también se encuentra en el Consejo Asesor Empresarial del Presidente y dispersa recursos de programas sociales. Marcos Shabot Zonana, arquitecto y quien preside el Comité Central de la Comunidad Judía en México.
Un asistente clave y conocido a la cena es Carlos Slim Helú, el presidente de Grupo Carso y América Móvil. Slim ha mantenido cercanía con el mandatario López Obrador. También está invitado Olegario Vázquez Aldir, presidente de Grupo Empresarial Ángeles (GEA), integrante del Comité Asesor Empresarial del presidente López Obrador y pieza estratégica para que los hospitales privados abrieran sus puertas a pacientes de hospitales públicos, evitando su saturación. (José Yuste, Excélsior, Dinero, p. 2)
El gobierno de Donald Trump notificó ayer, de manera oficial, el retiro de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque el fin de su relación con la agencia de Naciones Unidas cobrará efecto dentro de un año, el 6 de julio de 2021.
La salida de Washington supone un fuerte golpe para la autoridad directiva y coordinadora en asuntos de sanidad internacional de la ONU, pues las aportaciones estadunidenses constituyen 15 por ciento de su presupuesto. Por ello, se prevé que muchos de sus programas quedarán en entredicho si el hueco financiero no es cubierto por otros actores estatales o privados. (Editorial, La Jornada, p.2)
México SA
Bolsonaro: sopa de su propio chocolate // Con o sin Covid, desplome económico
Cuando menos dos salvajes de la política internacional han probado sopa de su propio chocolate: Jair Bolsonaro y Boris Johnson, presidente brasileño y primer ministro británico, respectivamente. No son los únicos, desde luego (ahí está el salvaje de la Casa Blanca, que hasta ahora la ha librado), pero este par de energúmenos pregonaron la inexistencia del Covid-19 (una gripita) y negaron el estallido de la pandemia y, por lo mismo, lo innecesario de la cuarentena y otras medidas sanitarias, porque, decían, afecta a la economía.
Pues bien, el terrible cuan acelerado conteo de muertos en sus países (67 mil y 45 mil, respectivamente, hasta ahora) no les resultó suficiente para reconsiderar posiciones… hasta que resultaron infectados por el bicho inexistente. El primer ministro británico terminó hospitalizado y el mandatario brasileño dio positivo y está en tratamiento. Y de todas maneras las economías de sus países, como las del resto del planeta, terminaron en el suelo, con ganas de empeorar. (Carlos Fernández-Vega, La Jornada, Opinión, p.22)