Si algo marcó el mensaje-informe de Andrés Manuel López Obrador en el Zócalo, a un año de ganar las elecciones, fue la gran cantidad de cifras alegres y de los “otros datos” que tanto presume el Presidente. Los hubo en temas tan diversos como el tipo de cambio, las remesas, la confianza del consumidor, los ahorros en las compras del gobierno, la producción de petróleo, las exportaciones, los programas sociales y hasta el índice de la Bolsa. Y aunque dio mucha información, la sensación es que su discurso quedó a deber al no abordar temas como las licitaciones petroleras canceladas, los retrasos en el sistema anticorrupción, la caída en la inversión pública, o la baja en la generación de empleos formales. Quizás algún día los teóricos de la ciencia política tendrán que escribir un tratado sobre “La Paradoja del Ganso”. ¿Y eso qué es? Pues la difícil situación que vive un gobernante cuando busca convencer con un discurso a quienes no le creen, pero sólo logra convencer a sus fieles seguidores los cuales, de cualquier manera… ¡siempre le creen todo! (Reforma, p. 8)
Que hoy, en la mañanera, integrantes del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, división que dirige José Mustre de León, entregarán a Andrés Manuel López Obrador una carta en la que reclamarán por los recortes a los centros públicos en la materia y de paso invitarán al Presidente y al secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, a visitar las instalaciones del Cinvestav para conocer sus actividades y condiciones. (Milenio Diario, p.2)
Hasta hace pocas semanas, la Secretaría de Educación Pública (SEP) no parecía disponer de los recursos para concluir la impresión de decenas de millones de libros de texto gratuito que a partir de los primeros días de septiembre deberán estar en manos de alumnos incluso en el rincón más apartado del país. Peticiones de auxilio de última hora para formalizar los contratos respectivos eran atendidas con una posposición tras otra. En preparatorias y universidades pública crece la desazón por la entrega de becas a estudiantes (se estima en cuatro millones el número de beneficiados) que a veces sí, a veces no, sin un padrón transparente ni una lógica apegada al desempeño académico, reciben un cheque; eso sí, generado por Banco Azteca, una marca cercana a la casa. La encargada del programa es una señora que dirigió un periódico en Chignahuapan, Puebla. (Roberto Rock L. El Universal, p. 9)
Quizás el logro más importante de la Cuarta Transformación, a un año de haber triunfado en las elecciones, es el uso generalizado del término 4T. El hecho de que tanto simpatizantes como detractores en los medios, los partidos de oposición y la comentocracia recurran a ese término todos los días es un triunfo cultural para el movimiento que encabeza López Obrador. No solo es una prueba de la extraordinaria capacidad de este presidente para hacemos hablar en su lenguaje. También es una demostración de que, dentro de la propia sociedad, se conquistó la idea de que hay un antes y un después, que no hay un lugar al que podamos volver, que el cambio es posible. Muchos pensamos que se trata de un cambio en un sentido de mayor justicia social. (Hernán Gómez Bruera, El Universal, p. Nacional 10)
*Los “logros” de la 4T fueron presumidos ante fans concentrados en el Zócalo. Los esparció AMLO durante 89 minutos y 45 segundos. El discurso duró noventa. Sólo ocupó 15 segundos para reconocer que hay que mejorar el sistema de salud, que el crecimiento es insuficiente y que los niveles de violencia son similares a los que heredó de regímenes anteriores. Las palabras que siguen sintetizan el tono de su discurso: “Posiblemente nunca, al inicio de un gobierno, se había hecho tanto”. O estas otras: “El peso es la moneda que más se ha fortalecido en el mundo”. Dice que ya cumplió 78 de los 100 compromisos que asumió en su primer año de gobierno. AMLOLANDIA. (Francisco Garfias, Excélsior, p. Principal 4)
¿Tres “días del Presidente” en un año? Como si se tratara de un retorno a las prácticas de antaño, las dependencias del gobierno federal se dieron vuelo ayer en sus redes sociales con el hashtag #MéxicoEnTransformación, en donde, además de presumir lo que consideran logros en cada uno de sus rubros, también desempolvaron el eslogan de la primera campaña presidencial de AMLO, en 2006: “Por el bien de todos, primero los pobres”. Lo que muchos se preguntan es si estos rituales se repetirán el 1 de septiembre, día del Informe, y el 1 de diciembre, día en que López Obrador asumió la Presidencia. (El Financiero, p. 35)
Muchos dirán que se trata de una anécdota, dirán que es irrelevante. Poco importa después del anuncio del despliegue de decenas de miles de elementos. Incluso afirmarán que es detenerme en lo cotidiano, en algo que a nadie le sorprende, estamos acostumbrados a eso y más. Yo no creo eso, yo creo que incluso merece una mención presidencial en alguna de sus mañaneras, merece que le dedique unos minutos, que presente a los culpables y que los convenza que está mal y será sancionado. Ayer en la portada del diario Reforma apareció la siguiente noticia: “En un operativo en Naucalpan, Estado de México, elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) detuvieron a tres personas por la venta ilegal de la vestimenta de la Guardia Nacional. De acuerdo con Qua- dratín (agencia de noticias), la SSPC informó que la detención se realizó antier cuando elementos de la División de Investigación acudieron a la colonia Residencial Lomas de Sotelo para revisar distintos puestos semifijos que exponían insignias falsas”. En la fotografía aparecen los brazaletes de la Guardia Nacional por cientos. (Javier Risco, El Financiero, p. 40)
La celebración para conmemorar el primer aniversario de la victoria en las elecciones presidenciales, es el primer paso para convertir esa fecha en un símbolo de la cuarta transformación. Su discurso en el Zócalo, coronación del día donde comenzó ese cambio profundo que promete, fue la ratificación de lo que se ha propuesto: el desmantelamiento del Estado Mexicano tal y como fue concebido en 1928, para la construcción de otro nuevo. A eso se refiere cuando habla de un cambio radical, una transformación de raíz. “Se trata de construir una Patria nueva”, dijo desde el templete en la plaza pública, y acabar con “el régimen corrupto y despiadado que prevalecía”. Ninguna novedad en la retórica, una narrativa épica sobre el antes, el hoy y el futuro. (Raymundo Riva Palacio, El Financiero, p. 38)
Retales 1. Porfirio. El presidente López Obrador no anda contento, al contrario, con las declaraciones de Porfirio Muñoz Ledo en el tema migratorio. Y permaneció sentado tras él en el templete. A pesar de que le dijeron que no, se quedó; 2. Pendientes. Es preocupante que en la compra consolidada de medicinas del sector público y 25 estados, haya quedado desierto el 62 por ciento de las compras. Pero insisten que no habrá desabasto por las compras que para este año hizo el gobierno pasado. ¿Pues no que el tiradero? (Joaquín López Dóriga, Milenio Diario, p.3)
Ayer que López Obrador estuvo en el bailongo y su informe sobre sus primeros siete meses de actividades como Presidente, se debería provocar y alentar una discusión entre los legisladores sobre la importancia que tendría que el primer informe se hiciera ante el Congreso. El triunfo contundente de López Obrador, en forma y fondo, ha creado condiciones diferentes en el país. Están dadas las condiciones para hacerlo y para que se escuchen unos y otros, aunque en el proceso no se esté exento de gritos y sombrerazos. El Presidente tiene una legitimidad ganada por los más de 30 millones de votos, y por la claridad bajo la que se desarrolló el proceso electoral. López Obrador puede pararse en el Congreso y no le va a pasar lo que a sus antecesores. A Vicente Fox no lo dejaron entrar a San Lázaro a presentar su informe y Felipe Calderón tuvo que materialmente tomar posesión por la puerta de atrás. (Javier Solórzano, La Razón de México, p.2)
Se cumple un año de las elecciones donde Andrés Manuel López Obrador arrasó. Se cumple un año en que prácticamente comenzó a gobernar (desde el primero de julio de 2018 hasta el primero de diciembre en que formalmente tomó posesión como Presidente, el gobierno de Enrique Peña Nieto se borró y dejó que López Obrador tomara las decisiones relevantes para el país, como la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco). Muchas cosas han pasado en estos doce meses, para bien y para mal. Yo quisiera subrayar el asunto de quién resultó ser, a final de cuentas, Andrés Manuel López Obrador como Presidente. Mucho se dijo -y se sigue diciendo- que, de ganar, López Obrador se convertiría en una especie de Hugo Chávez mexicano. Otros lo comparaban con el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, con el argentino Néstor Kirchner o con su esposa Cristina. En lo personal, nunca me gustaron estas comparaciones internacionales. (Leo Zuckermann, Excélsior, p. principal 13)